sábado, 30 de mayo de 2009

La telaraña


No hay peor trampa que la que arma uno mismo. Algunas personas sin darse cuenta van armando lentamente una trampa en la que luego quedan atrapados.
Aquello de lo que no se puede hablar genera encierro, te aísla.
Cuando quedaste aislado y encerrado en tu propia trampa, ya es tarde.
Lo que le pasa a uno repercute en todos. No todos entienden que existe esa unión, pero es tan fuerte que supera cualquier cosa.
Sobre esa telaraña que se forma entre todos, uno es todos, y todos son uno.
No existe uno, no existen todos, somos la misma cosa todos y cada uno.

No hay comentarios: